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Moiras griegas: El origen de la frase "pender de un hilo"

Utilizar la expresión ‘pender de un hilo’ para referirse a aquellas situaciones que están al límite y momento determinante es común. 

 Es habitual escucharla dentro de frases del tipo: "El futuro de fulanito en la empresa pende de un hilo", "La continuidad del jugador dentro del equipo pendió de un hilo hasta el último minuto" y más… 

Sin embargo, pocas conocen el origen de la frase. Misma que tuvo gran fama en el mundo antiguo. 


El origen de la expresión (y todas sus variantes) la encontramos en una antiquísima fábula surgida de la mitología griega (los romanos y nórdicos tenían su equivalente).

En ella se explica que la vida de cualquier ser humano estaba controlada desde su principio y hasta su fin por tres hermanas hilanderas que eran conocidas como "las Moiras"(Parcas para los romanos y Nornas para los escandinavos).

La misión de las Moiras era determinar el momento en que nacería una persona, el curso de su vida y el momento de la muerte.

Las tres se dedicaban a hilar; luego cortaban el hilo que medía la longitud de la vida con una tijera y ese corte fijaba el momento de la muerte.

Ellas hilaban lana blanca y entremezclaban hilos de oro e hilos de lana negra.

Los hilos de oro significaban los momentos dichosos en la vida de las personas y la lana negra, los periodos tristes.

Dependiendo de lo feliz o desdichada que sería la vida de cada individuo lo hilaban de color blanco o negro, colores asociados a la buena y mala suerte respectivamente.

Cloto era la que hacía girar la rueca, Láquesis medía la longitud de lo que debía durar la vida y Átropos quien cortaba en el tramo que debía acabar.

Era por ello que la vida de cada uno de los mortales pendía de un hilo y eran esas divinidades quienes controlaban el destino de cada uno.

Según la propia leyenda, los mismísimos dioses las temían y estaban sujetos a los designios y caprichos de las Moiras.

El mismo Zeus estaba sujeto a sus designios, según palabras de la sacerdotisa pitia de Delfos.

Hesíodo se refería a ellas como «las Moiras, a quienes el sabio Zeus respetó con los mayores honores».

En la tradición griega se aparecían tres noches después del alumbramiento de un niño para determinar el curso de su vida.

Originalmente podrían haber sido diosas de los partos, pero esta función fue asumida por la deidad de origen minoico Ilitía ; paralelamente, la posterior adquisición de su papel como señoras del destino las vincularía y a la vez diferenciaría de otras divinidades de la muerte propiamente dicha, como Tánatos y las Keres.




Según la mitología, realmente la vida dependía de las Moiras. De allí la famosa frase que conocemos actualmente.

Es bastante raro imaginar a las tres personalidad hilando para decidir lo que sucedía con las personas, sin embargo, la realidad es muy diferente.

¿Y tú? ¿Has estado en una situación donde tu vida "cuelga de un hilo"?

Escrito por

Periodista, técnico en producción de medios, redactor y blogger venezolano. Amante de la literatura, música, curiosidades y la cultura.

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